Es una de las mejores tabernas de Zaragoza. Es muy pequeño y
conseguir mesa es realmente difícil pero merece la pena comer o picar
algo incluso en la barra.
La calidad es excepcional y su precio no es caro en proporción a la calidad de sus productos.
Aunque el antiguo dueño ya no está detrás de la barra, los nuevos propietarios, te atienden con un cariño especial.
Restaurante de tapas y especializado en marisco que la verdad es que siempre te dejará un buen sabor de boca.
Calle de Doña Blanca de Navarra, 4,
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